LA FORMACIÓN DE UNA COMUNIDAD ÉTICA DESDE EL PROYECTO POLÍTICOPEDAGÓGICO EDUCATIVO

Autores/as

  • Elsa González Paredes ESIME Culhuacán-IPN
  • Gumersindo Vera Hernández ESCOM-IPN

DOI:

https://doi.org/10.52729/npricj.v7i12.106

Palabras clave:

Formación, Proyecto educativo político, Ciudadanía, Democracia, Comunidad ética

Resumen

Centrar la noción educativa en la enseñanza de saberes
significa colocar la formación en una mirada puramente descriptiva.
Cierto es que la educación tiene una carga fuertemente socializadora,
como insistió Èmile Durkheim, sin embargo, esta no se reduce a enseñar
a los estudiantes sólo los conocimientos necesarios para desempeñar las
tareas profesionales que habrán de cumplir en la sociedad, sino que se
trata de ofrecerle las herramientas necesarias para la asimilación conceptual del mundo, pero de un mundo con sistemas
sociales específicos, determinados por ideologías claramente determinadas.
De lo anterior se desprende que la función de la escuela es fundamentalmente política-pedagógica. En ella se forman
los cuadros profesionales que habrán de diseñar y hacer funcionar las estructuras económicas, culturales, políticas y sociales
de esa sociedad específica.
De ahí que otra función de la escuela sea formar el tipo de hombre que habrá de satisfacer una cultura con creencias,
valores, saberes y prácticas específicas generadoras de vínculos y núcleos identitarios propios, caracterizado por concepciones
particulares que le permitirán descartar otras formas culturales y adherirse a las propias. Estas acciones son claramente
políticas por ello la acción educativa además de ser pedagógica es abiertamente política.
Pedagogía y política constituyen una totalidad que atraviesa y matiza todo lo que hacemos en nuestra vida diaria,
de ahí la exigencia urgente de una aproximación analítica que permita la creación de un proyecto educativo radical que
posibilite la transformación de los sistemas de enseñanza en el contenido de la formación de un hombre nuevo.

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Publicado

2025-01-15